Vivienda unifamiliar en un Huerto de Palmeras
Elche . Alacant . España
Detalles del proyecto
Tipo: Edificación, obra nueva
Info
La agricultura de la Palmera ha tenido históricamente un espacio privilegiado en el entorno de la ciudad de Elche. En el centro de la red de acequias, los huertos de palmeras eran un elemento esencial del sistema. Las palmeras resisten bien las aguas salobres del Vinalopó y, plantadas en fila en los márgenes de unas parcelas de pequeñas dimensiones (aproximadamente una tahúlla, es decir, 953 m2), favorecían una mejor distribución del agua, facilitaban la menor incidencia del viento y de la radiación solar y, por tanto, una mejor retención de la humedad. La palmera produce dátiles para alimentar a la gente y a los animales, las palmas se utilizaban para la fabricación de capazos, esteras, escobas, se usaban como elemento de cubrición (techos de los porches, etc.) y también como elemento litúrgico el Domingo de Ramos; el tronco se utilizaba como elemento de construcción o como mobiliario (bancos y mesas)… Dentro de las parcelas, se cultivaba alfalfa para los animales, granados e incluso algunas hortalizas -una agricultura de oasis en una zona caracterizada por la aridez del medio-. Históricamente se han dado otros cultivos, como el olivar, también en la zona de influencia de las canalizaciones de riego. El área compacta de huertos alrededor de la ciudad de Elche se hallaba atravesada por la red de caminos y veredas, que unían el núcleo urbano con las poblaciones de alrededor y con los núcleos rurales del término. Estaban protegidos a menudo con tapias de obra –también de “cascabots”- , lo que indica su alto valor económico. Cada huerto tenía generalmente su casa, donde vivían los hortelanos (a partir del siglo el XVIII se generalizaría el arrendamiento como forma de tenencia de la tierra) y a veces, pocas, los amos. Debemos entender la producción de los huertos como un sistema intensivo de trabajo, cuya producción estaba dirigida al consumo, pero también al mercado urbano. La declaración del palmeral como patrimonio de la Humanidad ponía especial énfasis en la protección de las estructuras de los huertos de palmeras, sistemas de riego, viviendas tradicionales, etc. La declaración, más que un premio, implica una obligación: la de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en el territorio. El palmeral de Elche se incluye en la categoría de “paisaje cultural”, es decir, el fruto de la actividad de una comunidad humana como respuesta a su entorno natural. Además, un paisaje cultural es un entorno vivo, que conserva su función social, estrechamente vinculada al modo de vida tradicional y que, por ser vivo, prosigue su proceso evolutivo. Por fin, encierra testimonios materiales manifiestos de su evolución en el transcurso del tiempo. El Comité del Patrimonio Mundial consideró que el palmeral de Elche cumplía dos criterios de autenticidad que lo hacían poseedor de un “valor universal excepcional”. 1) Por una parte, es el testimonio de un intercambio de valores humanos. De lo que se trata aquí es de la transferencia cultural en un área concreta y en un período concreto. Más concretamente, de una paisaje característico de una cultura a otra y de un continente a otro, en este caso, del norte de África a Europa. 2) En segundo lugar, es un ejemplo destacado de formas tradicionales de asentamiento humano y de aprovechamiento del medio natural representativo de una o varias culturas. En el caso de Elche, estas formas tradicionales fueron traídas a Europa durante el período andalusí y han sobrevivido hasta la actualidad. Sin posibilidad alguna de aprovechar manantiales o aguas subterráneas en el propio término, la agricultura del campo ilicitano, y la propia supervivencia de sus habitantes, dependía de la aleatoriedad de los caudales del río. La indigencia hídrica llevó al desarrollo de una agricultura adaptada a la disponibilidad y calidad de las aguas, a la realización de infraestructuras de captación, canalización y embalse de las aguas vivas y de avenidas y al establecimiento de una estricta organización del regadío. Un azud o presa captaba el agua del río, derivándola a la acequia principal. Desde ella el agua se distribuye por gravedad por medio de una serie de partidores, dispositivo que divide el caudal de la corriente y facilita la distribución a los campos por brazales secundarios. En el primero, Albinella, se tomaba la porción para usos urbanos, inmediatamente otro deriva dos partes a Marchena, los siguientes, hasta veinticinco, sirven a la Séquia Major. La construcción en ésta de una Contraséquia, aprobada por el municipio en 1529, permitió el aprovechamiento de las aguas de las avenidas antes de la construcción del pantano. Tomaba el agua cuando rebasaba un vertedero al norte de la población y la devolvía a la Séquia Major junto al partidor de Matrof. Así evitaba que se inundara la ciudad, pero también permitía el aprovechamiento de un caudal adicional por los campos del sur del término, en el área más externa al núcleo de la red de canalizaciones. La expansión del regadío estaba limitada. En el área de la Séquia Major había una zona de preferente abastecimiento: aquella regada con el agua denominada de Horts, que el agricultor podía utilizar en la parcela que deseara. Sin embargo, el agua de Dula regaba parcelas concretas sometidas a un turno fijo. No será hasta el siglo XX que este segundo tipo se asimile con el primero, siendo hasta entonces su valor siempre menor. El área de Huertos del sistema de regadío de Elche se conoce popularmente como "El Palmeral" por sus abundantes palmeras. En el área de Huertos, las palmeras datileras cumplen funciones agronómicas y económicas. El flanqueo perimetral de todos los huertos por palmeras datileras alineadas (doblemente alineadas cuando el límite coincidía con un canal) favoreció la agricultura intensiva en Elche. Las palmeras datileras toleran bien las aguas salobres (como las del Vinalopó) y producen una amplia variedad de bienes: dátiles (su fruto) madera (su tronco) y fibra (extraída de sus hojas). El alineamiento artificial de las palmeras datileras genera, además, un valiosísimo microclima. Su efecto pantalla preserva las hortalizas y los frutales del huerto de una excesiva exposición al sol, y disminuye la evaporación de la escasa y preciosa agua. El parcelario del Palmeral sorprende por su regularidad en tamaño y diseño. La ortogonalidad y similaridad en superficie de los huertos propiciaba una distribución del agua más eficiente. Partiendo de un estudio comparativo de 36 áreas de regadío ubicadas en la árida meseta iraní, Michael E. Bonine pudo concluir que "desde el momento en que... el agua es empleada en fracciones de tiempo, el cálculo de cuánto tiempo cuesta regar cada parcela resulta crucial. Cuanto más regulares (rectangulares) y similares en tamaño, más fácil resulta calcular el tiempo necesario requerido para el riego de los campos". Pero aún queda por explicar el porqué la mayoría de los huertos de Elche se encuentran agrupados en una única gran área (la de Huertos, con mayúscula). Es una cuestión importante, puesto que está en relación con la propia idea del Palmeral, un espacio popularmente percibido como un continuo, como "un mar de palmeras". Resulta bastante claro que la agrupación de huertos fue una opción deliberada tomada durante el diseño original del sistema hidráulico. Agrupar los huertos en una única área simplificaba la distribución desigual de caudales entre áreas de regadío intensivo y no intensivo, las tierras de huertos y de dula. De hecho, como veremos, las aguas de Huertos y Dula circulan por canales distintos. Otra nota distintiva de la gestión del sistema hidráulico del Palmeral parece haber promovido también la concentración de los huertos: cada día, las horas de agua correspondientes a los huertos eran vendidas en pública subasta. 1.3. ENTENDIENDO EL LUGAR / La vivienda rural Tradicional. LA VIVIENDA RURAL DEL CAMPO DEL ELCHE La aparición en el mercado de la teja alicantina contribuyó a sustituir el tejado plano ( que con elevada frecuencia era fuente de patologías), por tejados a dos aguas con teja plana, al tiempo que se elevó la altura de la montera. En las viviendas con cubierta a dos aguas, la cambra se situaba en el centro de las dos vertientes, en el lugar mas alto de la construcción, ocupando la parte superior de una de las habitaciones del ala este de la casa. La vivienda tradicional se orienta según un eje Sur-Norte como resultado de la agregación de distitnas piezas funcionales: El porche de acceso, la vivienda (hbitualmente en dos crujías), una corrala o patio trasero y un cobertizo para los aperos o corrala para animales. Cada una de estas bandas se dispone longitudinalmente y se agregan, uniendose todas ellas mediante un cierre en continuidad con la fachada de la vivienda, produciendo distintos perfiles, que aunque similares, varían según la disposición de las distitnas piezas, su altura y la configuración de sus cubiertas. La casa era de dos crujías, al tratarse de una evolución de la tipología anterior de cubierta plana, la distribución interior varía ligeramente: en la primera crujía se suele localizar las dos piezas principales a ambos lados del zagúan. Se trata de una vivienda patrón, muy repetida en la zona del campo de elche, avalada por la tradición, tanto constructiva como funcionalmente, cubriendo con secillez las necesidades propias del lugar, siendo un patron con escasas variaciones, repitiéndose elementos adosados a la vivienda sin un patrón previo Partiendo del análisis anterior y del estudio de ordenación de parcela basado en la recuperación del huerto tradicional coexistiendo con el cultivo intensivo de frutales, se analizan como puntos de partida tanto la topografía existente, el palmeral existente en la actualidad en la finca así como el perímetro de protección del palmeral que recoge el Planeamiento Vigente. Se propone la recuperación de los caminos de acceso a una plataforma intermedia, una posición centrada en la finca que no interfiere con el perímetro de protección, planteando el acceso a la vivienda desde dos caminos tangenciales a dicho palmeral protegido. Una vez establecida la posición central de la vivienda, se propone una doble estrategia: Por un lado, definir un perímetro al Norte de la finca para la explotación agrícola de frutal intensivo, previsiblemente Granado Mollar de Elche. Por otro lado, se planifica una red de acequias y montoneras así como la plantación de nuevo palmeral para la definición de sectores de cultivo “entre palmeras”, recuperando el sistema de Huerto Tradicional de la Huerta de Elche, basado en la interacción de elementos como el camino, la acequia, el huerto, la palmera y la propia vivienda. La vivienda propuesta recoge las invariantes de la arquitectura rural tradicional del campo de elche: - Segregación del programa funcional en bandas de programa. - Orientación Sur - Esquema Porche-Vivienda-Patio-Corrala. - Perfil inclinado que aglutina las distintas bandas de programa. Desde una lectura contemporánea se propone una reinterpretación local y puntual del modelo de vivienda tradicional, surgiendo un volumen unitario con un perfil inclinado creciente de Sur a Norte e interrrumpido parcialmente mediante la inclusión de un patio de palmeras, como una forma de incorporar el palmeral en el paisaje doméstico cotidiano de la vivienda. De este modo la crujía mas al sur cuenta con una planta y la crujía norte de la vivienda con dos plantas, las cuales tienen vistas por encima de la primera. El patio actúa como elemento centralizador de la vivienda, poniendo en relación las distintas visuales del paisaje doméstico y estableciendo un nexo al paisaje circundante. El programa funcional consta de una planta baja con Acceso, distribuidor, despensa, cocina, estar, aseo y sala de juegos, asimismo un espacio destinado a cochera. Se accede a la planta primera a través de una escalera abierta a una doble altura y relacionada con un espacio de oficina abierto a dicha doble altura. Cuenta con un dormitorio principal con vestidor y baño, así como otros tres dormitorios y un baño.
publicado el 01/12/2014