El Pabellón Municipal Santiago Sanz de Albatera es un equipamiento deportivo que cuenta con casi treinta años de antigüedad. Actualmente, es necesario ampliarlo y así disponer de una sala de musculatura para el uso de los deportistas que usan y entrenan en estas instalaciones deportivas. El mayor hándicap a la hora de proyectar este nuevo espacio funcional era la falta de espacios disponibles para las necesidades y superficies requeridas, ya que se enclava dentro de una zona de equipamiento ya integrada con el tejido urbano. De ahí que el mayor reto del proyecto era encontrar la zona donde ubicar esta instalación sin obstaculizar el resto de servicios y usos de la zona deportiva. Por esta razón se plantea ubicar dicha ampliación de manera estratégica debajo de las grandes escaleras principales de acceso al graderío. La idea es crear una estructura que parezca una pieza de Jenga, sosteniendo las escaleras y encajando perfectamente entre estos elementos y el volumen de acceso a la pista situado en la planta baja. Este diseño no solo cumple con la función práctica, sino que también añade un elemento visualmente intrigado en el paisaje arquitectónico del pabellón.
Para asegurar una cohesión visual con el resto del edificio, se ha elegido utilizar el color gris del acero deployée, fusionándolo con el tono similar del bloque de hormigón visto del edificio existente. Sin embargo, a pesar de esta conexión cromática, se ha buscado una diferenciación en términos de materialidad y texturas para tener una lectura clara de todo el conjunto deportivo. Para lograrlo, se ha incorporado una línea continua de bloques de vidrio a lo largo de la junta entre la nueva construcción y la antigua. Estos bloques no solo añaden un elemento estético interesante y rompedor con el resto de materiales, sino que también permiten la entrada de luz natural, manteniendo una conexión visual entre ambos espacios.

Sobre el paramento de acero se rotula el nombre del uso de esta caja (“Sala de musculatura”), evocando la estética del graffiti urbano. Este detalle agrega un toque de modernidad y dinamismo al diseño general y ayuda a la comprensión del usuario a la hora de acceder al complejo deportivo.


Los grandes ventanales de policarbonato celular se encargan de llenar el interior de la sala con luz natural, mientras que por la noche se convierten en grandes focos de luz artificial que sale al exterior a través de los huecos del acero deployée. Estos ventanales también se convierten en puntos focales de ventilación, asegurando un ambiente óptimo para los usuarios.
En el interior el espacio se deslimita utilizando el color negro y contrastando con la luz natural que atraviesa los grandes ventanales, dando además importancia la vegetación y, por supuesto, a las máquinas y equipamiento fitness.

En términos de iluminación artificial, se ha optado por pantallas cuadradas y una línea continua de LED que enfatiza la separación entre la nueva construcción y el edificio existente. Esta iluminación no solo cumple con su función práctica, sino que también contribuye a la estética general del espacio, agregando un toque de modernidad y sofisticación, así como de “foso” o separación con la obra existente.

El gimnasio tiene acceso y salida al exterior por mediación de una puerta basculante, de tipo garaje, la cual da una sensación de mayor tecnicidad a la caja metálica que es la sala de musculatura, pudiendo ampliar el espacio interior hacia el exterior de manera que los ejercicios puedan ser mucho más variados.

Por otro lado, se trabaja la señalética interior con el diseño de los directorios generales de todo el equipamiento. Estos directorios se conforman a base de un panel de chapa deployée, con la misma modulación utilizada en la obra de ampliación, sobre el que se coloca un panel de metacrilato de 20mm con vinilos: por un lado, de atletas fotografiados a principio de siglo, creando una escena nostálgica en contraposición con los pictogramas que indican la ubicación de cada una de las salas y espacios del recinto deportivo.


En resumen, la expansión del Pabellón Municipal Santiago Sanz de Albatera no solo busca satisfacer las necesidades prácticas de los atletas, sino que también aspira a ser un hito funcional dentro de todo el complejo deportivo de la localidad.