La construcción de esta vivienda queda ubicada en el extrarradio de la zona urbana de la población, un entorno nuevo donde la disposición de las calles y reparto de las parcelas sigue un mismo criterio organizativo. Nuestra parcela cuenta con un ancho de 6 metros por 33 metros de largo, ocupando la vivienda únicamente sus 20 primeros metros.

Hemos proyectado la vivienda mirando hacia su interior, para ello hemos organizado la zona de día a lo largo de la planta baja, definiéndola como un gran espacio abierto volcado hacia el jardín posterior, quedando definida la articulación principal de la vivienda por un vaciado central. Dicho vaciado se diseñó para que albergase en su cubierta dos grandes lucernarios que proyectasen luz natural y un pequeño espacio verde que permitiese generar otro espacio ajardinado y estancial en la última planta del inmueble. En todo momento se ha buscado dotar de la mayor iluminación natural a todas las estancias y recorridos de circulación de la vivienda, jugando en todo momento con la iluminación cenital para conseguir dicho fin.

En este diseño cobró un mayor protagonismo dos tonalidades, el negro y el blanco. El primero tiene un impacto mayor, ya que queda materializado a lo largo de toda la escalera interior. Para las huellas se ha elegido un mármol natural negro Marquina y la barandilla ha sido construida mediante una chapa de acero lacado en negro.

El exterior cobra mayor protagonismo su opuesto, el blanco, empleando en el basamento de la fachada un revestimiento porcelánico de gran tamaño con vetas grisáceas y a partir de la primera altura se realizó mediante un mortero de color blanco.