Plazatio

Museo del Agua de Palencia

Palencia . Palencia . España

Detalles del proyecto

Tipo: rehabilitación
Superficie de parcela (m2): 1.240
Superficie construida (m2): 654

Info

Rehabilitación de un almacén de grano en la Dársena del Canal de Castilla de Palencia

más info

publicado el 08/03/2014

Museo del Agua de Palencia . Palencia . Palencia . España
Aproximación al lugar

A mediados del siglo XVIII, gracias al impulso político del Marqués de la Ensenada, el ingeniero Antonio de Ulloa, basándose en trabajos previos del francés Carlos de Lemaur comienza a ejecutar el proyecto para construir una vía de comunicación y transporte fluvial para comunicar Castilla con Reinosa y poder llegar hasta el puerto de Santander, sirviendo para el transporte de excedente agrario de cereal. La entrada en funcionamiento del ferrocarril supuso el inicio de su decaimiento, cuya realización completa nunca llegó a materializarse.

Sobre el ideal de belleza del pensamiento ilustrado, la pureza y el rigor de la geometría se impone al entorno natural con su traza perfecta, para componer un nuevo paisaje. Matizado por actuaciones posteriores en los que la vegetación vuelve a este paisaje pero acomodada ya al artificio, el proyecto llega hasta nuestros días manteniendo intacta la fascinación que despierta.

La Dársena del Canal de Castilla en Palencia pertenece al ramal Sur del mismo, el de más tardía construcción. Es aproximadamente en 1803 cuando comienzan las obras en la Dársena, ensanchamiento al final del Canal para el amarre de embarcaciones y que permitía la carga y descarga de barcazas. Los dos edificios que la flanquean, inicialmente almacenes de grano, datan de la primera mitad del siglo XX.

La Dársena está ubicada junto al río Carrión, con acceso desde el Puente Mayor, en una posición de cercanía al casco histórico de Palencia y entre el parque Sotillo de los Canónigos y el parque Isla Dos Aguas, pulmones verdes de la ciudad. Sirve a su vez de punto de conexión entre la ciudad y el mundo rural, siendo los caminos de sirga del Canal muy utilizados por paseantes y ciclistas. A pesar de ello, dado el estado de abandono de las edificaciones y la urbanización que lo componen, la ciudad se ha olvidado, en parte, de este espacio.

El Museo del Agua constituye una primera fase de actuación, dotando a una de las edificaciones de contenido cultural y uso, dentro de un planteamiento más ambicioso que pretende recuperar la Dársena del Canal de Castilla para su uso y disfrute por parte de la ciudad de Palencia. Además de esto se proponía, para su ejecución en una fase posterior, un pequeño aparcamiento y un pabellón - cafetería que completasen los servicios ofrecidos por el museo si bien finalmente no se han ejecutado.

La propuesta de urbanización global intenta recuperar la imagen de puerto fluvial, desfigurada por numerosos elementos de mobiliario urbano y jardinería excesivamente doméstica que se han ido añadiendo durante diferentes actuaciones realizadas a lo largo del tiempo. Se busca con ello un espacio más diáfano y claro, recuperando el espíritu ilustrado que lo motivó y, al mismo tiempo, hacerlo visible en su acceso desde la ciudad. Mediante el empleo de la vegetación autóctona de ribera se definen los nuevos límites de la dársena, ofreciendo protección respecto a la ciudad en aquellos puntos más sensibles.


El museo

El edificio objeto de reforma es una de las naves que flanquean la Dársena, de planta rectangular de 62,4 x 10,3 m. Se trata de un edificio de muros de carga de hormigón en masa, con una hoja de ladrillo caravista al exterior y un marcado ritmo de huecos, tanto de puertas como de ventanas. Su cubierta se resuelve mediante una estructura regular de cerchas de madera con tirantes metálicos.

La propuesta trata de establecer mediante el lenguaje de la arquitectura el nexo de unión entre el contenido del museo, abstracto en su enunciado, y el continente, neutral en su configuración original. Un lucernario que recorre longitudinalmente la cumbrera del edificio sirve como eje vertebrador de los diferentes espacios del museo, cualificando la luz para cada uno de ellos y dotando al edificio de significación. Este elemento se yuxtapone a la estructura preexistente sin alterarla, acomodándose a su modulación rigurosa, de modo que ambas estructuras, la antigua y la nueva, se complementan entre sí. Unas “cajas” suspendidas conducen la luz hasta el interior.

El programa se divide en tres ámbitos: la recepción, administración y servicios, el espacio destinado a exposiciones temporales y la exposición permanente. La propia configuración espacial de la nave, estrecha y alargada, establece un recorrido secuencial a través de dichos espacios, de modo que el visitante los descubre siempre siguiendo un mismo orden.

Tras el acceso y la recepción, una pieza exenta, revestida en vidrio en busca de su desmaterialización mediante el juego de reflejos y reflexiones, alberga la administración, las instalaciones, los aseos y un pequeño almacén. El visitante debe rodearla para acceder al interior del museo. La luz proveniente del lucernario refleja sobre su cubierta.

Tras esta primera pieza aparece el espacio destinado a exposiciones temporales. Se trata de un espacio diáfano y versátil que puede servir a múltiples actividades, exposiciones, conferencias, etc. La luz cenital, cambiante a lo largo del día y de las estaciones, entra libremente sobre él.

Una fuente-lámina de agua atraviesa, desde la sala de exposiciones temporales, el espacio de la exposición permanente, situado al final del recorrido, obligando al visitante a deambular a su alrededor. Las “cajas de luz” bajan para iluminar exclusivamente la lámina de agua, consiguiendo que este sea un espacio más tenue y recogido. Los prismas colgados son a su vez el propio soporte de la exposición permanente, escenificada a través de proyecciones audiovisuales interactivas, desarrolladas en el proyecto museográfico. La presencia real, tangible del agua y el sonido que genera en su discurrir, forma parte de la experiencia sensorial del museo.

Con el mismo objetivo que el lucernario, las puertas y ventanas del edificio existente son ocupadas mediante artefactos que bien buscan conducir y tamizar la luz, como es el caso de las ventanas, o dirigir la mirada, en el caso de las puertas, donde se constituyen, prolongándose más allá del espesor de los muros, pequeños espacios para el descanso en forma de mirador.

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Proyecto promovido por:
CTAA . Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante

 

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