El proyecto museográfico para la exposición internacional , de carácter temporal, en el MARQ “Señores del Cielo y de la Tierra. China en la dinastía Han (206 a.C. - 220 d.C.)” recoge un singular panorama del desarrollo de la dinastía en el período de su hegemonía, desde el 206 a.C. al 220 d.C. Alrededor de 250 piezas originales procedentes de colecciones privadas que se agrupan en dos conjuntos, dos salas, el yin y yang.
Este concepto es el que ordena y define los conjuntos de las piezas expuestas, y queda materializado con la arquitectura, la dualidad de todo lo existente en el universo chino, en dos abanicos de vitrinas , en las dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.
Según el Yin y el Yang nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. El continuo de piezas arqueológicas de arte y vida cotidianas chinas pertenecían a dos grupos principales, las de carácter religioso, las asociadas al cielo, en l sala primera, y las de carácter cotidiano, terrenales, en la sala segunda.
El proyecto museográfico, el soporte expositivo responde a estos dos grupos, el cielo y la tierra, el Yin y Yang.
El Yin y Yang, al igual que el soporte, que la arquitectura, son 2 contenedores de piezas sinuosos, que hablan de la no uniformidad de los conceptos. Nada es Yin y nada es Yang de forma radical. Las vitrinas, la intervención, se complemente una a otra, de tal forma que las cajas cristalinas, dispuestas en abanico quieren acentuar el movimiento y trasiego entre los conjuntos de la primera sala y la segunda, entre el cielo y la tierra. Forman todas las vitrinas en continuo, un único dibujo en planta, y un único perfil curvo, que a su vez acota y define cada una de las vitrinas.
El vidrio, 5+5, de las vitrinas son los elementos portantes, los pilares, del techo que estabilizan el conjunto y sostienen. Poéticamente, el contenido de las vitrinas, esa nube de piezas, son las que soportan el techo, y el visitante, en su paseo, en la observación de las piezas, en su zigzagueo entre ellas pasa a formar parte de esa nube de piezas "que flotan" como una masa difusa que se percibe a través, en sentido longitudinal.