Esta pieza arquitectónica, surge como elemento central en torno al cual se reorganizan los accesos y la nueva ampliación del Cementerio de Pedreguer.

Un objeto-condensador que da respuesta a la necesidad de un espacio de meditación para personas que precisan reflexionar en torno a la ausencia de sus seres queridos, desde una plataforma catalizadora que provea de una atmósfera íntima e interconectada, en una ubicación con carácter de límite entre lo terrenal y lo metafísico.

Para conseguir este doble objetivo, el de situarse en ese punto de intersección, de frontera, de cruce de caminos, se plantean dos piezas en forma de U, una primera en horizontal, la más pesada y opaca, en contacto con la tierra, que introduzca un carácter “gravitacional”, mesurable, metafóricos, de la tierra y el cielo, de constelación, de instrumento atávico de medida, como mecanismo que conecta ambos mundos;

La segunda pieza en U, la más ligera y transparente, establece el plano vertical de visión, una relación visual con los elementos terrenales que la rodean, pero dotando a esta visión de un carácter perceptivo más fenomenológico que literal, una especie de “sfumatto”, constituyendo un “límite difuso”.

[Texto: Alejandro Martínez Moliner]