La propuesta desarrolla ideas relacionadas con la naturaleza, con el habitar el interior de la tierra, con el habitar la superficie de la tierra. Carrus es un barrio que tiene un gran déficit de áreas verdes: se propone convertir el desarrollo de un auditorio en el desarrollo de un gran jardín sobre un auditorio. Se produce una extensa superficie verde transitable, continua, que se pliega, que se abre y deja entrar al auditorio, que se cierra, que deja entrar la luz, que protege del viento, que esta formalizada con curvas extraídas de la naturaleza, del cuerpo humano, formas que con tanta claridad se aprecian en la fotografía de E. Weston.
Una pieza cilíndrica surge desde los pliegues que forma la cubierta ajardina. Es un elemento de reducidas dimensiones (caja escénica-captador energía) que consigue escalar el lugar, liberar el espacio exterior, liberarlo de la gran pieza que suele suponer un edificio para auditorio.
En el diseño de los espacios interiores, la propuesta hace especial hincapié en el dimensionado de los espacios comunes, acordes al aforo del edificio, potenciando la introducción de luz natural a través de pliegues de la cubierta ajardinada y de patios que, en algún caso horadan la sección del aparcamiento dejando entrar la luz natural e introducir vegetación. Se relacionan los camerinos con amplios espacios de relación y patios. Se añade una sala de ensayos. La sala principal tiene una capacidad para 1264 personas, la secundaria de 202 y el aparcamiento contiene 514 plazas (24,5 m2/plaza).
Se propone el uso del cilindro que abraza la caja escénica como captador solar, conviviendo con la imagen de ligereza y transparencia nocturna.
La materialidad del conjunto se basa en cuatro materiales: vidrio, madera, hormigón reciclado con áridos procedentes de los residuos generados por la industria del mármol en Alicante y paneles de alga posidonia encolada y prensada.