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En un enclave único en el mundo, el castillo de Peratallada, Bien Cultural de Interés Nacional. Un lugar de retiro, en el corazón de un pueblo que conserva en sus calles vestigios de su pasado medieval. El Castillo de Peratallada, emplazado en el Baix Empordà (Cataluña, España), está declarado como conjunto histórico-artístico y Bien Cultural de Interés Nacional, conservándose en sus muros numerosos vestigios de su pasado medieval que datan de principios del s.X d.C. El castillo se encuentra integrado en el interior del pueblo de Peratallada i esta rodeado por una muralla de piedra que hace de filtro entre ambos, en un solar de 3.200 m2 de morfología irregular que se adapta a la trama urbana del municipio, siendo el punto neurálgico del lugar. El solar esta ocupado por distintos volúmenes que se intercalan con varios patios entre los que se genera una riqueza espacial y la torre del castillo, domina y articula toda la intervención. La integridad del conjunto amurallado del Castillo se reforma y pone en valor su arquitectura para convertirse en un recinto y un hito en la comarca acondicionado y equipado para albergar usos y eventos distintos en un entorno con atmosfera Mediterránea y del Empordà. La estrategia principal para la reforma de los espacios interiores es el tratamiento de los paramentos verticales y horizontales según su valor histórico-artístico y arquitectónico, mediante la jerarquización de estos, potenciando y respetando sus atributos mediante la incidencia de la luz en los materiales. El respeto por la historia y la construcción se lleva al extremo con la intervención minuciosa en cada sala. La exigencia constructiva y el rigor en los detalles se pone de manifiesto en cada uno de los espacios. Atendiendo a el uso, se equipa completamente cada sala para cumplir todas las exigencias de los usuarios. Los espacios exteriores respiran una atmosfera mediterránea, dotado de vegetación y materialidad de autóctona adecuado a cada uno de los tres patios del conjunto. Se integran elementos arquitectónicos para generar espacios acogedores, umbráculos y distintas terrazas. Se reordenan los distintos volúmenes anexos a las construcciones principales del castillo, donde se emplaza un nuevo pabellón de hormigón y madera, donde se sitúa la cocina principal del recinto. Los espacios de planta baja, se destinan a uso público, donde las salas de más interés histórico-artístico como el salón “Parlador”” y el “Aula Maior” se destinan a usos polivalentes, equipándose para acontecer cualquier evento. También la “Cambra Nova Pintada” se destina a uso de bar musical, y el patio 03 actúa como su extensión en el exterior. El patio 02 situado en la zona central del recinto, actúa como rótula y unión de los distintos espacios exteriores e interiores. Una plaza de entrada a la zona de recepción del hotel. La planta superior se destina a un uso residencial público para alojar a los huéspedes del complejo. Donde la “Cambra Maior” y el Salón Robert, por su morfología y valor histórico-artístico protagonizan esta planta. La materialidad y construcción del proyecto se resuelve de manera unitaria con la utilización de los mismos materiales llevados al extremo y explorando sus propiedades para resolver cada uno de las distintos usos desde el respeto y rigor ante un edificio con una personalidad arrolladora.