Pilar y Pepe llegaron desprovistos de cualquier prejuicio (arquitectónico, moral, económico,...). Trabajar en estas condiciones permite la capacidad de innovación y atrevimiento que siempre nos hemos exigido pero a la vez supone un gran compromiso. Un reto.

Esta casa es el proyecto de un espacio público que busca la relación precisa de todas las estancias conocidas como 'zona de día' en un único espacio programático, liberando a la casa del corsé tabicado actual. Nos interesa trabajar sobre la creación de patios-microclimas que aportarán no sólo corrientes y ventilaciones cruzadas dentro de la casa sino una relación mucho más abierta y compleja con el exterior.

También pretende ser cómoda, eficaz. Un proyecto meditado y estudiado, ajustado en lo económico, donde una construcción planificada nos garantice la ejecución de la misma en tiempo y con 'poco ruido'.

Pero a la vez nos vamos a permitir el lujo de recrear cierto hedonismo y mucho placer para nuestros habitantes. Esa falta de prejuicios es la que nos ha permitido contarle a nuestros clientes que su casa será "una nave espacial" con la tranquilidad de saber que no habrán sobresaltos ni vértigos. Porque al final lo que pretendemos es eso, traducir este espacio en un lujo de colores, sensaciones y reflejos, un placer para los sentidos, un casco dorado o una odisea en el espacio.