En el año 2013, el ayuntamiento de Elche publicó un listado de 35 espacios urbanos de la ciudad susceptibles de ser transformados a través de la construcción de kioscos o cafeterías convocando un concurso para cada uno de ellos. El espacio número 25, la Plaza Santa Isabel, resultó ser uno de los más interesantes. Se trata de un espacio urbano, de 140m2, acabado en tierra y delimitado por una medianera desnuda perteneciente a una vivienda del siglo XIX. Esta plaza goza de una localización privilegiada, pues en su entorno inmediato encontramos grandes muestras del patrimonio de la ciudad: la basílica de Santa María (s. XVIII), una torre-entrada perteneciente a la muralla árabe de la ciudad (s. XII), el Palacio Altamira (original del s. XV) y el parque municipal de Elche (patrimonio de la Humanidad).

Para este espacio el concurso pedía el diseño de una cafetería de 20m2 construidos, una terraza que cubriera el suelo de tierra y un jardín vertical sobre la medianera.
En el inicio de la propuesta nos planteábamos las siguientes cuestiones: ¿cómo actuar en un entorno con tal bagaje histórico? ¿Debe nuestra intervención expresarse en términos contemporáneos, miméticos…? ¿Optamos, pues, por una arquitectura con o sin presencia tectónica?

Nuestra propuesta opta por una construcción invisible que no compita con sus vecinos de siglos pasados y que ponga al jardín vertical en primer plano de la intervención. Así, el proyecto termina por convertirse en un jardín casi vertical, un jardín con volumen que aloja en su interior la construcción en seco de la cafetería, los aseos y un almacén. El resto, terraza.

Para la construcción del jardín se diseñó una estructura triangulada sujeta a la medianera, compuesta por perfiles cuadrados de acero y cubierta por una capa de PVC de 10mm y una doble capa de fieltro donde alojar todo el sistema de riego como las plantas. Este gran paquete permite dar el suficiente volumen al jardín para poder albergar en su interior la construcción de la cafetería, los aseos y el almacén.

El jardín tiene una superficie de 105m2 y compone un mosaico vertical que consta de más de 3000 plantas mediterráneas, algunas endémicas y singulares, de alto valor botánico. De entre todas ellas, cabe destacar el Mirto, Hipérico, Lavanda, Carex, Tulbalghia, Pennisetum o Lampranto. Gracias a su sistema hidropónico y a dicha selección de especies no es necesario el uso de fitosanitarios para su mantenimiento, lo que propicia la acción natural de polinizadores. Cabe mencionar que este jardín generará el oxígeno necesario para más de 100 personas, atrapará 70 toneladas de gases, más de 26 kg de metales pesados y casi 14 kilos de polvo al año.

El programa se completa con una pequeña zona para conciertos en directo y un sistema de proyección para cine al aire libre.

Además, asociado al proyecto, se ha realizado una acción artística consistente en la utilización, como lienzo, de las telas de las cinco sombrillas de la terraza. Tres artistas locales, el propietario de la cafetería y el equipo de diseño del proyecto serán los encargados de pintarlas bajo el lema de los cinco sentidos.