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Colaboran en proyecto Carlos Pérez Carramiñana, Gines García y Javier Cortina. En dirección, Pablo Coquillat, arquitectos. Aparejador José Luis Pérez Molina. Las condiciones iniciales, dos bloques paralelos, el sur orientado a calle y el norte a un parque de 300M, proponen viviendas pasantes. El magnifico clima de Alicante sugiere estancias al aire libre: vivir entre dos terrazas, a las que vuelca el resto de la casa, sin ventanas. Para cerrar esos seis pisos se evita el tradicional ladrillo colocado artesanalmente por mano de obra en situación expuesta sobre andamio. Se sustituye por un muro cortina ciego, muy ligero y muy aislante de hormigón con fibra de vidrio de 1CM de espesor, sin armadura. Paneles sandwich GRC, colocados por 2 operarios en 2 meses con 1 grúa y 4 tornillos. Acabados en fabrica, no requieren mortero, enfoscado ni pintura. Se estructura con dos sistemas diferenciados por uso en modulo y material: recios pilares de hormigón armado para luces importantes, necesarias para vehículos y locales, bajo un sistema de esbeltos pilares metálicos para viviendas. Se enlazan con 6 vigas de hormigón 1.87 x 40M de longitud. La organización de la vivienda, deudora de las casas de Sota en Alcudia, responde a la construcción de un antiguo sueño del Movimiento Moderno: un edificio de vivienda colectiva como apilamiento de aquellas casas, permeables a la naturaleza próxima y a las visuales lejanas. Un jardín de crasas, sin riego ni mantenimiento, filtra el acceso a la vivienda de la circulación rodada, por el patio con soportales hasta los núcleos de comunicación vertical. Espacios híbridos, abiertos, potencian la relación entre vecinos y economizan superficies. Siguiendo esta construcción ligera en seco (ni un ladrillo), las instalaciones recorren las viviendas bajo techo de cartón yeso. Registrables por el usuario, liberan completamente los suelos, que se tienden de una sola vez, directamente sobre el forjado.