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Imágenes realizadas por David Frutos. El proyecto resuelve un programa dual mediante un único volumen compacto de forma rectangular que agota los retranqueos permitidos en el planeamiento urbanístico. Ambos usos –biblioteca y centro socio-cultural– comparten únicamente el vestíbulo exterior de acceso y un ascensor, con la posibilidad de gestión y utilización independientes por requerimientos del programa inicial. Se disponen tres plantas sobre rasante y una semienterrada que da acceso al patio posterior y alberga la sala principal del centro social. Una perforación en la última planta genera un patio exterior, rompiendo la uniformidad del volumen junto con la incisión lateral que supone la escalera exterior de evacuación. El tratamiento de fachada, a modo de piel metálica ligera que envuelve todo el conjunto, pretende potenciar su ingravidez sin llegar a tocar el plano del suelo. Es una gran caja o jaula flotante, una enorme red metálica de pesca como las que existen en el puerto cercano. La planta de acceso se abre al exterior mediante un cerramiento de vidrio que hay que recorrer hasta alcanzar la entrada, albergando el programa de carácter más público y la sala de actividades infantiles. En los niveles superiores se disponen los usos de biblioteca, con iluminación difusa a través de la piel exterior, que dota de un carácter más privado para la concentración en la lectura. Dos grandes vacíos interiores conectan los tres niveles principales del edificio, generando espacios sucesivos con perspectivas diagonales y ventilación cruzada gracias a la apertura de huecos en fachadas opuestas

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