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En Senegal la sombra y el agua lo son todo. Este proyecto de Centro de Formación e Investigación en deporte de alto nivel, es primo-hermano de un aulario en Bambey que desarrollamos también por encargo del Ministerio de Educación y el Banco Mundial, y que pretende responder a este contexto como la máquina perfecta, bella en su eficiencia. El conjunto se articula en tres volúmenes: aulario, polideportivo y piscina olímpica de 50x25 m. Al igual que en el edificio de Bambey planteamos el diseño desde la sección, dotando al edificio de una gran cubierta doble y una gran celosía hacia el sur, un escudo en forma de “L” tumbada, que evita la radiación solar directa, pero es permeable al aire. Este escudo crea un efecto Venturi generando un flujo de aire constante entre envolvente y aulas reduciendo la temperatura interior en 10-15ºC frente a los habituales 40-45ºC en el exterior. Los edificios son constructivamente sencillos, adecuados a las posibilidades del lugar, siendo el material por excelencia bloques de hormigón construidos a pie de obra revestidos con mortero. La celosía de la fachada del zócalo de la piscina es de bloques perforados fabricados artesanalmente in situ favoreciendo el empleo de mano de obra local; y la de la fachada de protección al Sur es de acero perforado, pintado como las redes de los barcos del puerto de San Luis, con los colores de sus piraguas, y con un suave movimiento, como cuando atracan tras la dura jornada de pesca.

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