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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado
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reseña literaria

La escucha urbana

Analizamos el primer libro de Paisaje Transversal: “Escuchar y transformar la ciudad. Urbanismo colaborativo y participación ciudadana”.

Portada del libro
Portada del libro Teresa García Alcaraz
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“Escuchar y transformar la ciudad. Urbanismo colaborativo y participación ciudadana” forma parte de la colección editada conjuntamente por Fundación Arquia y Los Libros de la Catarata; es el primer libro de Paisaje Transversal, una oficina de innovación urbana integrada por Pilar Díaz Rodríguez, Guillermo Acero Caballero, Jorge Arévalo Martín, Jon Aguirre Such e Iñaki Romero Fernández de Larrea.

A través de sus páginas, los autores nos desvelan en primera persona cuáles son las estrategias, claves, herramientas y enfoques que se utilizan para pensar la ciudad; qué mecánicas de trabajo son necesarias para un mejor compendio de nuestro entorno; así como qué soluciones serían las adecuadas para incrementar la colaboración entre entes involucrados en los proyectos urbanos.

Con un tono muy sincero y personal, el libro lanza un mensaje muy claro para promover la escucha como parte fundamental de todo proyecto urbano; y es que la escucha es esencial en todo proceso relacional. Si bien es importante establecer estrategias de integración y nuevos ejes de trabajo basados en la interdepartamentabilidad, la transdisciplinariedad y la colaboración, es evidente que los autores buscan un mejor entendimiento entre instituciones, profesionales y ciudadanía.

“Escuchar y transformar la ciudad” no es un libro de arquitectura ya que va mucho más allá de la disciplina. Es una obra dirigida a todos aquellos que trabajan en, con y para los distintos estratos de la administración pública: urbanistas, profesionales de la arquitectura, de la política, de la planificación y ordenación urbana, personal técnico, responsables de departamento...

El libro se estructura en tres capítulos, todos con un enfoque teórico-práctico y concentrándose en una escala específica: la local -analizando la plaza y el espacio público-, la intermedia -hablando del barrio como esencia de la ciudad-, y la gran escala -reflexionando sobre el territorio como elemento fundamental del paisaje-. Cada capítulo viene acompañado por un seguido de ilustraciones esquemáticas y cada uno concluye con distintos casos de estudio- propios y ajenos, nacionales e internacionales- que facilitan la comprensión.

Desde la experiencia, el libro pone de manifiesto que las estructuras actuales de gobernanza son las que articulan los procesos de toma de decisión. Y, en este sentido, se propone una nueva gobernabilidad entorno al conjunto de procesos y proyectos urbanos, así como también se clama la incorporación de una participación real, relacionada con el empoderamiento de todos los actores involucrados.

Si bien el auge de la participación es una tendencia latente, este término tiene muchos matices y, por supuesto, hay distintos grados de implicación. Tal y como se cita en el libro: “[la participación] puede acabar como ya ocurrió con el término “sostenibilidad”, como un concepto vacío” (p.15). Cabe resaltar que los procesos participativos –muy utilizados por la administración pública- no deben confundirse con los procesos colaborativos, ni tampoco con los consultivos, divulgativos, ni informativos. Es importante diferenciarlos y aprender a valorar este término ya que, a mi modo de verlo, un proceso impulsado desde la institución nunca será bottom-up sino todo lo contrario.

Es por este motivo que, bien a modo de manual y, a veces, a modo de manifiesto, los autores muestran su preocupación por conseguir una transparencia y participación real, entendida no como un fin sino como un mecanismo vital de escucha y diálogo entre todos los agentes involucrados en los proyectos urbanos, ya sean a escala micro, meso o macro. Y es evidente que la participación real debe formar parte de una nueva metodología de trabajo, como un canal de entendimiento, en la que todos los actores, sin importar la escala ni dimensión del proyecto, queden representados.

Claramente, este libro es una reivindicación. Hace falta más calle, más recorridos, más transparencia, más proximidad, más entendimiento, más diálogo y escucha, más transversalidad… para poder diseñar y transformar ciudades con y para la gente.

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