El camino es largo y la formación artística es uno de sus puntales. Por eso, al margen de planos y edificios, el colectivo de arquitectos da rienda suelta a su creatividad y se salta los márgenes para convertirse en artista. Esa producción oculta y desconocida es la que el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante ha querido sacar a la luz y lo ha hecho de la mano de la Fundación Caja Mediterráneo.

El resultado se puede ver en la sala de exposiciones de esta entidad en Alicante, con el título Arquitectura y arte se encuentran en la intimidad, muestra integrada por un total de 53 obras de 18 arquitectos, seleccionados en una convocatoria lanzada por el CTAA. Pintura, escultura, fotogrsafía, instalación... diferentes disciplinas, soportes y conceptos de arte que se pueden recorrer como si se estuviera en casa, en la de los autores, tal como lo ha concebido la arquitecta y comisaria de la exposición, Luisa Martí, que quiere sacar al arquitecto de su entorno habitual y mostrarlo en su rincón íntimo, en su refugio.

«Si alguien piensa que se va a encontrar con obras que tienen que ver con la arquitectura se va a equivocar porque no es eso», asegura Juan María Boix García, presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante. El proyecto intenta más bien «averiguar qué hace el arquitecto como hobby, qué crea fuera de su trabajo habitual».

La exposición, que se podrá visitar hasta el 14 de julio, se fraguó hace una año en una cena del colectivo. «Un compañero comentó lo que hacía en su taller y empezó a enseñar fotos; era sorprendente lo que hacía con más de 80 años y no era el único, empezamos a hablar y nos dimos cuenta de que la mayoría hacía estas cosas». «Pensamos que no podía ser que un colectivo con una amplia formación artística y cierta sensibilidad no diera a conocer lo que hace fuera de la arquitectura».

A partir de ahí se lanzó una convocatoria, en la que la única exigencia era ser arquitecto, afirma Miguel Martínez, vocal de Cultura del CTAA, y miembro del jurado encargado de valorar las cerca de 250 obras presentadas por medio centenar de arquitectos de diferentes ciudades. «Tenemos arquitectos de fuera, de ahí la heterogeneidad de las piezas», apunta Martínez que estuvo acompañado en la selección por el artista Jesús Zuazo, la galerista y comisaria Gertrud Gómez y el arquitecto Isaac Peral.

«Esta es la casa de los 18 arquitectos que se sintetizan en uno solo», asegura Luisa Martí. «Atravesamos el umbral de esta casa y entramos en el pasillo que nos lleva por diferentes estancias en las que encontramos esas obras intimistas que muestran la sensibilidad y fragilidad de sus creadores».

Ellos son Adrián Marmolejo, Alejandro Ybarra, Ángel Gambín, Antonio Maciá, Carlos Paternina, Fabio María Sedia, Iván Juárez, Francisco Leiva, Javier Martínez, José Fernández-Llébrez, Jose Maria Congost, Julio Palacios, Liliana Palaia, María Teresa Iborra, Ricardo Vidal, Stefanie Herr, Yero McClain y Vicente Castillo.

Las obras se muestran con un original montaje de madera que marca el camino a través de la luz. «Algunas obras tienen que ver con el dibujo arquitectónico que se estudia en los primeros años de carrera, con muchas geometrías, dibujos rápidos, acuarelas, que beben de la arquitectura y su estudio, pero luego tenemos piezas totalmente dispares, como una escultura feminista sobre la manipulación de la mujer». Martí destaca que «hay cosas que se salen por completo y son como un punto de locura que se le da a la exposición y de repente se ven otras inquietudes».

El objetivo que se persigue es «crear un espacio donde las obras se encuentren en plena expansión; el arquitecto cuando se muestra hacia afuera tiene que ser fuerte, solvente, pero en la intimidad, en su estudio, en su hogar, es un ser sensible y frágil, capaz de generar expresiones artísticas que muchas veces no se dan a conocer».

El CTAA mira al futuro con esta exposición con la vista puesta en moverla por otras salas, de la mano de la Fundación Caja Mediterráneo. «En el montaje, que se puede adaptar a otros espacios, se ha tenido en cuenta su reutilización y el consumo eficiente de energía, reflejo de los parámetros que ahora estamos defendiendo los arquitectos del siglo XXI».

El presidente de la Fundación Caja Mediterráneo, Luis Boyer, deja abierta esa puerta. «Vamos a mirar en otros espacios de la fundación o que podamos llegar a acuerdos para que se pueda difundir; para nosotros es importante seguir estas líneas de colaboraciones».