La Chicharra, La Jirafa, la Torre Vistamar (El Barco), La Pagoda (urbanización La Rotonda), el Casino, el Club del Mar... Con estos edificios Juan Guardiola Gaya (1927-2005) puso los pies en Alicante y levantó la vista al cielo para convertirse en el protagonista fundamental de la arquitectura turística de la ciudad. Arquitecto, artista, su nombre ha pasado a la historia como autor de la mayor parte de los edificios de la Albufereta, responsable del primer polígono de la playa de San Juan y artífice del primer rascacielos de Benidorm. En total son más de un centenar de edificios los que llevan su sello en Alicante y más de cuarenta en Benidorm.

Los planos de todos esos proyectos, las diferentes versiones realizadas hasta dar con la definitiva, los bocetos, el diseño de los detalles, carpetas con documentación, libros y revistas conforman un ingente legado que se ha depositado en el Archivo Histórico Provincial de Alicante, gracias a la generosidad de la familia del arquitecto que ve en esta cesión una oportunidad para que este fondo documental se restaure, se conserve, se catalogue y, sobre todo, se pueda poner al alcance de los estudiosos.

Lo sabe bien Justo Oliva, también arquitecto y experto en la obra de Guardiola, sobre el que trabaja para dar forma a un libro, convertido en hilo conductor entre ambas partes. Ya lo hizo hace unos años cuando puso en contacto al Colegio de Arquitectos con el AHP donde depositó su archivo.

«El caso de Juan Guardiola es sorprendente -destaca el profesor de la Universidad de Alicante-, hay planos y planos, diseñaba los detalles constructivos a escala real, es algo espectacular. Detalla mucho su arquitectura, es muy minucioso. De hecho si ves edificios suyos los reconoces por sus cuidados acabados».

Una catalogación complicada

Su archivo es «muy interesante» y también «muy complejo», porque guardaba todo. «La catalogación va a ser una labor dura y difícil; muchos planos se protegieron con un plástico perimetral para que no se rompieran y ahora se han pegado; es una pena porque hay verdaderas joyas».

Más importancia adquiere este fondo documental cuando «estamos conservando los últimos planos a tinta porque luego se empezó a trabajar con ordenador». Unos planos «que tienen mucho valor», realizados con tinta, manchas de color, tramas, con el añadido de que muchos son inéditos «de edificios que no se llegaron a construir». En ocasiones hay «hasta seis o siete soluciones distintas para un edificio y están todas conservadas».

Aunque nació en Reus, Guardiola llegó a Alicante en 1959 desde Madrid, donde trabajaba con Perpiñá, para realizar el primer polígono de la playa de San Juan. Ese fue su primer contacto con la ciudad y a partir de entonces realizó toda su carrera aquí. «Desarrolló todo el planteamiento desde la Albufereta a la playa de San Juan, el trazado de la avenida Costa Blanca es suyo y tiene muchos proyectos de apartamentos en el ámbito turístico». Su arquitectura es «un mundo muy interesante y sugerente, aunque nos hemos encargado de destrozar todas las arquitecturas de los años 60; algunos edificios parecen favelas verticales».

Justo Oliva, que también hizo una monografía sobre Juan Antonio García Solera y ha participado en otra sobre Miguel López, comenzó a hablar con la familia de la cesión del legado hace aproximadamente un año con el objetivo de conservar este patrimonio. «Guardiola, que trabajó en el estudio del arquitecto catalán Francesc Mitjans -autor del Camp Nou- mientras estudiaba la carrera, es un protagonista fundamental de la arquitectura turística alicantina; de hecho, en 2001 participamos desde la UA en un catálogo nacional de arquitectura turística, A rquitectura al sol, en el cual es el segundo arquitecto con mayor número de obras citadas».

Benidorm fue otra de sus grandes bazas, con edificios como la torre Coblanca 1, primer rascacielos de esa ciudad, y el Plan Parcial del Murtal, «una de sus últimas obras». Para Oliva, Guardiola «era muy hábil para conseguir un pieza singular en una zona de singularidad. Por ejemplo, la Pagoda de la playa de San Juan, consigue marcar un hito, y en Benidorm, lo hace la Torre Benidorm». Además, creó una arquitectura «que sintonizó muy bien con la burguesía local, aunque le molestaba un poco cuando calificaba su arquitectura de burguesa».

Sus comienzos le sitúan en una arquitectura moderna, «bastante radical y vinculada a la arquitectura racional, teniendo en cuenta que también pintaba y hacía las esculturas para los zaguanes», pero «poco a poco se va recargando de elementos más decorativos, las celosías... de manera que va generando un estilo propio».

Historia de la ciudad

Para la directora del Archivo Histórico Provincial, María del Olmo, atesorar este archivo es fundamental «porque completa el fondo del Colegio de Arquitectos, que es acoger toda la historia de la ciudad desde los años 60». Para este centro, «supone contar con un fondo de arquitectura alicantina muy potente».

En el caso de Guardiola, «y gracias a la generosidad de la familia y el tesón de Justo Oliva», además destaca «la parte de proyectos, los planos porque recogen un trabajo inconmensurable, además de su biblioteca profesional que recoge revistas y libros». Aunque para ponerlo al alcance de los investigadores habrá que esperar. «Hay mucho trabajo de recuperación y catalogación, pero lo importante es que está aquí; es un arquitecto emblemático para la historia de la arquitectura de Alicante y también nacional porque toda la parte del desarrollismo turístico trasciende a toda España».

Un patrimonio sin duda de gran valor. «Todos los archivos de los arquitectos relevantes, como Miguel López, Francisco Muñoz, Juan Antonio García Solera y Juan Guardiola, deberían conservarse, lo triste es que hay que defender eso», afirma Justo Oliva. «La arquitectura también es un arte y una actividad económica importante».