La pregunta, aunque parece fácil, no lo es tanto y entraña distintas interpretaciones. Por un lado, algunos técnicos la relacionarán rápidamente con el término de “responsabilidad”, evocando en su mente los conceptos de “vida útil” o “periodo de servicio” tan bien definidos por la normativa vigente. Sin embargo, si preguntamos al ciudadano de a pie, la respuesta seguramente sea algo ambigua, aunque claramente tendente hacia el infinito. La pregunta tiene más detalles implícitos de los que podemos imaginar a priori, ya que plantea la necesidad de analizar cuándo es rentable aplicar una rehabilitación sobre un edificio y cuándo es claramente necesario demolerlo o casi renovarlo por completo. Viendo la gráfica recogida por la vigente Ley 8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, parece claro que, ante un parque inmobiliario de tal magnitud, cabe hacerse la pregunta de si es actualmente necesario establecer una diferencia entre conceptos tales como regenerar, renovar o sustituir.
Esquema de normativa para proyectos de rehabilitación propuesto por el arquitecto técnico Francisco Serrano Alcudia
Como podemos imaginar, se trata de una tarea compleja y laboriosa en la que, de nuevo los arquitectos, estamos un tanto indefensos porque, ¿Cuál es el factor de cumplimiento mínimo exigible a una rehabilitación? ¿Cuáles son las pautas de control para establecer una evaluación objetiva entre distintos arquitectos? El tema comienza a complicarse aún más cuando, a la hora de valorar la viabilidad de rehabilitar o sustituir, nos encontramos con normativas municipales que establecen distintos grados de protección a los inmuebles. En la gran mayoría de los casos el carácter de “patrimonio o bien de interés.histórico-artístico” supone para el propietario del inmueble un coste añadido y una repercusión que, normalmente tiene que sufragar individualmente sin ningún tipo de “ayuda patrimonial” pública. Por otro lado, la normativa actual propone unos criterios de seguridad y habitabilidad que se materializan en la mayoría de las ocasiones en edificios cada vez más pesados y rígidos, construyendo a partir de la máxima “más con más”, elevando el coste de su posible demolición o readaptación en el futuro y poniendo en tela de juicio el carácter “sostenible” de la misma.
Conforme uno se adentra en este maravilloso mundo de la rehabilitación, surgen más preguntas y preocupaciones que las meramente constructivas. No sólo se trata de pensar en cómo renovar o sustituir nuestro parque inmobiliario actual sino de pensar más allá, pensar en el futuro de la rehabilitación como herramienta de regeneración de nuestras ciudades y de materializar el pensamiento verde que tan necesario se prevé para la arquitectura. ¿Lo estamos haciendo bien? ¿están las normativas actuales pensadas para el futuro de la rehabilitación y de nuestras ciudades? ¿sería necesaria una normativa específica en este campo? Son muchos los temas a debatir, pero parece más práctico e indispensable pensar de forma práctica en el ahora y en cómo adaptar el proyecto de rehabilitación a la normativa actual de la mejor forma posible.
Esquema de normativas, enfocado únicamente a temas de rehabilitación, accede desde aquí
Artículo publicado por Jorge López, Dr. Arquitecto.
Comentarios (0)